Motivando a nuestros alumnos
En numerosas ocasiones, los docentes nos quejamos de que
los alumnos no muestran mucha motivación en aquello que les transmitimos. No
obstante, olvidamos que esto puede deberse a que no somos capaces de conectar
con ellos. Motivar a tus alumnos es posible y, más que posible, bajo mi punto
de vista es esencial. ¿Hay algo más gratificante para un profesor que conseguir
captar la atención, curiosidad e interés de sus alumnos?
Los alumnos se sienten cómodos y motivados cuando los profesores
crean un ambiente en el que todos los estudiantes pueden interactuar los unos
con los otros, expresar sus ideas con respeto y siendo respetado, así como cuando se
les da la oportunidad de tener un papel activo en su propio proceso de
aprendizaje.
Existen numerosas formas de logar motivar al estudiantado,
puesto que cada docente tiene una personalidad distinta. No obstante, en esta
entrada pretendo compartir las mías, algunas ya puestas en práctica y otras
todavía no debido a mi falta de experiencia, pero que sí pretendo tener en
cuenta en el futuro. Espero que os sirvan de ayuda y os animo a que compartáis
vuestras ideas. Al fin y al cabo, ese es el fin con el que ha nacido este blog.
· Crear un sentimiento
de comunidad en el aula.
Esto tiene mucho que ver con lo que acabo de exponer. Los
estudiantes tienen que sentirse cómodos, respetados, sin miedo, relajados a la
hora de expresar sus ideas y de aprender. Por su parte, el profesor debe ser capaz
de crear un ambiente donde todos colaboren con todos, donde el error sea visto
como una parte esencial del proceso de aprendizaje y en el que los alumnos sean
los protagonistas de dicho proceso, es decir, sean conscientes de que forman
parte de aquello que les transmitimos. ¿Cómo logramos esto? Un buen método es
el famoso aprendizaje colaborativo, en el que el docente se sitúa en un segundo
plano para asesorar y guiar a sus alumnos en el proceso de aprendizaje, mientras
que estos son la parte activa de dicho proceso.
· Tener en
cuenta los diferentes estilos de aprendizaje del alumnado.
Podría
dedicar una entrada entera a este apartado, pero no está de más introducirlo
aquí. Cada uno de nuestros alumnos tiene una forma de aprender diferente (unos
tienen la memoria visual más desarrollada, otros necesitan ver escrito los que
se les está explicando, etc.). Es muy importante que seamos capaces de atender
de manera individual a los diferentes estilos de aprendizaje de nuestros
alumnos y que llevemos a cabo actividades que lleguen a todos y que estén basadas tanto en sus intereses
como en sus necesidades. He aquí la clave de la motivación.
·
Predicar con
el ejemplo.
Tal y como expuse en la entrada sobre la resiliencia,
el profesor debe estar motivado para poder motivar a sus alumnos. Para ello, es
interesante que los materiales y recursos que utilice se ajusten a sus
intereses, pero sin olvidar que también debe tener muy en cuenta los de
sus alumnos. Solo aquellos profesores
que amen la enseñanza serán capaces de hacer que sus estudiantes amen aprender.
Por ejemplo,
en mi periodo de prácticas me tocó dar a
mis niños el futuro en inglés con el tema de deportes. Personalmente, soy una
persona a la que no le gusta mucho el deporte. Aun así, me informé acerca de
cuáles son los deportes típicos de los países de habla inglesa y, por mis
alumnos, estudié un poco en qué consistían dichos deportes y les hice una
presentación en la que ellos eran los protagonistas y en la que podían expresar
sus diferentes puntos de vista (siempre en inglés) acerca de estos deportes.
Otras actividades
que hice fue enseñarles los resultados actuales de la liga inglesa de fútbol y hacer
predicciones con will (apuestas) acerca
de quién ganaría, quién perdería, etc.
¿Qué hay
detrás de todo esto? Básicamente, de esta forma, mis alumnos ven que lo que aprenden
en el aula tiene un uso real fuera de ella. Esto les motiva a seguir
aprendiendo (¿o acaso nunca os han preguntado “para qué sirve esto que estamos
dando”?) y les hace ver que ese uso puede estar relacionado con sus intereses. A lo largo de la presentación también les hice
preguntas del tipo: “¿Qué equipos conocéis que jueguen para la Premier League?”
o “¿Qué jugadores conocéis que jueguen para dicha liga?”. Como podréis
imaginar, tras formular estas preguntas lo siguiente en venir fue una oleada de
manos levantadas ansiosas por participar. Dejándoles a todos que dijesen
nombres, les asentía y les decía “Very
good”, a pesar de que en muchas ocasiones no tuviese ni idea de si esos
jugadores o equipos pertenecían a la liga inglesa o no, ya que como ya he
dicho, no estoy muy interesado en el deporte. No obstante, de esta forma logré
captar la atención de mis alumnos y conseguí mantenerlos motivados durante toda
la sesión.
·
Realizar una
encuesta acerca de sus intereses.
Para saber qué les gusta a nuestros niños, tenemos que
preguntárselo a ellos mismos y una buena forma de hacerlo es pasándoles una
encuesta en la que nos cuenten cuáles son sus gustos musicales, sus hobbies,
sus libros y películas favoritos, etc.
En una clase
de lengua extranjera, por suerte, es muy fácil incluir todo este tipo de elementos
y materiales en el aula, así que no hay ninguna excusa que valga para no
hacerlo. Recordad siempre que estamos ahí por y para ellos, además que siempre
estarán eternamente agradecidos. Me gustaría que vieseis la cara de mis alumnos
y alumnas cuando, para explicarles el comparativo, les hacía comparar a Justin
Bieber y a un cantante de One Direction con el adjetivo ugly. Son detalles que pueden parecer absurdos, pero que hacen que
nuestros niños aprendan con una sonrisa, se sientan entendidos por nosotros y vean que los tenemos en cuenta (empatía).
Además, vuelvo a repetir, tiene un uso más real y realista que utilizar los
típicos nombres ingleses (Sally, Abbie,
Tom, etc.) de los libros de texto con monigotes artificiales. ¿Qué
motivación le puede producir a un adolescente hacer 30 frases iguales con
contenidos irreales? Bajo mi punto de vista, ninguna.
·
Refuerzo positivo.
A todos nos
gusta que se nos reconozca nuestro trabajo. Por esta razón, debemos de
mostrarnos agradecidos ante nuestros alumnos cuando estos participen en clase y
debemos felicitarles por el buen trabajo que han hecho. Por favor, no
confundáis el buen trabajo con los buenos resultados académicos. Debemos
premiar el esfuerzo y dar a nuestros alumnos una inyección de moral, de
autoestima y de seguridad. Estos tres elementos son básicos para su motivación.
·
Vender el
producto.
He oído muchas veces que los docentes somos actores y,
la verdad, estoy bastante de acuerdo con esta acepción. En este caso nos toca
hacer el papel de comerciales, es decir, debemos convencer a nuestro alumnado de lo
importante que es consumir nuestro producto, que es el conocimiento. Una vez
sean conscientes de lo bueno que es, para qué les sirve y cómo pueden
emplearlo, os aseguro que habréis conseguido motivarlos.
·
Afecto y
empatía.
Una vez más, quiero insistir en estos dos aspectos.
Recordad, estamos trabajando con seres humanos, con personas que, como tales,
tienen sentimientos. A los alumnos,
especialmente a los adolescentes, les encanta ser escuchados y entendidos por
sus profesores (más de lo que creéis). Creo que es importante tener detalles afectivos con ellos de vez
en cuando, sean del tipo que sean. Por ejemplo, durante mis prácticas he insistido
mucho a mis niños en que cometer errores es algo bueno, que nadie es perfecto y
que los errores son necesarios para poder aprender. Para ello, a parte de
hacérselo ver cada vez que se reían de los fallos de un compañero, les he
llevado citas de famosos que hablan acerca del tema. En particular, les llamó
la atención una de Michael Jordan que decía lo siguiente: “I failed over and over again in my life… And that’s why I succeed”.
Bueno, pues esta semana terminaré mi periodo de prácticas y antes de irme les
daré a mis alumnos unas piruletas con forma de corazón con dicha frase envuelta
y mi correo electrónico para que se pongan contacto conmigo en el futuro si así
lo necesitan. Creo que detalles como este hacen ver a los alumnos que de verdad
nos importan y que estamos ahí por y para ellos.
¿Y vosotros? ¿Cómo motiváis a vuestros alumnos? :)
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