Despidiendo a mis alumnos

Hoy y mañana son para mí dos días feos, muy feos y difíciles. Mi periodo de prácticas llega a su fin, lo que conlleva decir adiós a mis primeros alumnos, a mis primeros niños.

La entrada de este blog va por cada uno de ellos. Por cada corazoncito que existe en las aulas de 2º A, 2º B, 2º C y  2º D de la ESO. No puedo dejar a mis niños así como si nada. Parecerá poco tiempo, pero para mí un mes a su lado ha sido como si hubiese estado con ellos todo un ciclo.

No he trabajado en un kiosco de revistas, ni como secretario de una empresa. He trabajado en un colegio, con personas, con adolescentes, y son ciento veinte las almas en las que he tratado de dejar huella. En las que he intentado con todo mi corazón enseñar la lengua inglesa, así como otros valores que se incluyen en la portada de este blog: la solidaridad, la resiliencia, la cooperación, el ver los errores como algo vital en el proceso de aprendizaje, etc. Durante este periodo he intentado que mis alumnos se sientan comprendidos, escuchados y que sean conscientes de que aprender inglés puede ser divertido, interesante y útil para sus vidas.

Sé que he devuelto la ilusión a muchos de sus corazones porque ellos mismos me lo han hecho saber. Hoy quiero compartir con todo el mundo cómo ha sido mi despedida con ellos. ¿Por qué? Ha sido algo tan emotivo y bonito, que quiero que quede por escrito, para en un futuro poder volver a ver este texto y no olvidar ninguno de los detalles de este día.

Tras realizar las últimas actividades antes de mi partida, les pasé un cuestionario anónimo a mis alumnos para que me evaluasen a mí y a mis clases. En el apartado “Lo que más me ha gustado de las clases con Emilio es…” me he encontrado con frases como: “Su manera de ayudar a los alumnos”; “que se ha preocupado por mí”, “Emilio, aprendí mucho, eres el mejor, me has ayudado tanto…”; “su interés”; “la forma de dar las clases y el apoyo que nos da para que no nos rindamos”; “sus esfuerzos todos los días fuera de clase para poder dar el día siguiente una mejor clase y más divertida” o “enseña cosas y nos hace divertirnos. Enseña bien y explica las cosas claras. Se preocupa por nosotros”. Esta última frase no la he subrayado yo, estaba subrayada por la persona que la escribió.

Para mí es una gran satisfacción, como comprenderéis, que para la mayoría de mis alumnos lo mejor de mis clases haya sido el hecho de haberme preocupado por ellos y el que hayan sido conscientes del interés que tengo por que aprendan. Me han dado una gran lección y esto va para todos aquellos que dicen que tratar con adolescentes es imposible… ¿Recordáis lo que dije en otra entrada sobre cómo conectar y motivar a nuestro alumnado? Es posible, creedme. Solo hay que querer.

Puede que con esta entrada esté quedando de modesto, no lo sé, pero tampoco es mi intención. Tan solo pretendo que veáis que la empatía y el ser amable con nuestros niños tienen su fruto. En el apartado sobre qué aspectos les gustó menos apenas hubo comentarios negativos. Lo más negativo que me han puesto y que, por supuesto tendré en cuenta en el futuro ha sido: “Pasa las diapositivas muy rápido y no nos daba tiempo a copiar”. Otros pusieron que lo más negativo de este mes con ellos ha sido “la despedida”. Sin duda, para mí también lo ha sido.

Por último, quiero resaltar el último apartado en el que tuvieron que rellenar un cuadro con algo nuevo que hayan aprendido mientras yo estuve ahí y que no sabían antes. Para mi sorpresa, a pesar de que algunos me pusieron contenidos gramaticales, un porcentaje muy alto contestaron cosas del tipo: “Que tenemos que ayudarnos y que fallar es bueno”; “que de los errores se aprende”; “nunca hay que rendirse. Equivocarse es la mejor manera de aprender”; “que hay que respetar a la gente cuando se habla”; etc. Sorprendente, ¿eh? Niños de 13 años son conscientes de que detrás de todo lo que les he enseñado, siempre había un mensaje subliminal, el cual han captado a la perfección.

No obstante, lo más emotivo del día para mí ha sido cuando en una de las clases todos mis niños se han cogido de la mano y han comenzado a cantar la canción de We are the world for Haiti de Michael Jackson y otros famosos. Días atrás trabajamos con esta canción en el aula, tanto la lengua como los valores que dicha canción lleva implícitos. Mientras la estaban cantando un alumno se me acercó y dijo: “Esto es lo que has conseguido, Emilio, que estemos todos unidos”. Fue muy difícil contener las lágrimas en ese momento y más cuando vi que dos de mis niños estaban llorando desconsoladamente porque me iba. De hecho, a uno lo tuvo que sacar la profesora del aula porque le estaba costando hasta respirar.

Al final de todo les di las piruletas que os enseñé en la otra entrada con la frase de Michael Jordan (“I failed over and over again in my life…And that’s why I succeed”- “He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido el éxito”) y mi correo electrónico. Me dieron las gracias y muchos me dijeron que la iban a llevar siempre con ellos. Otro niño me dijo que iba a jugar un torneo de fútbol en Portugal y que me iba a dedicar un gol. Otro me vino a decir entre lágrimas: “Gracias por ayudarme tanto y por enseñarnos a ser mejores personas”. Al llegar a casa, me encontré una nota que otro alumno me había dejado en mi mochila sin que yo me enterase. En fin, ha sido un día más que emotivo y aunque ha estado lleno de lágrimas, sé que esas lágrimas son porque he conseguido cambiar sus vidas de cierta manera y que ha sido para bien. Así que con lágrimas en los ojos, puedo decir que me voy con la cabeza bien alta y que adoro esta profesión y las satisfacciones que produce. Mañana continúan las despedidas, muy a mi pesar.

Un pequeño mensaje a mis alumnos de 2º de la ESO:

GRACIAS por vuestro cariño.
GRACIAS por hacer fácil mi trabajo.
LUCHAD por lo que queréis en esta vida.
TODOS valéis MUCHO.
NO PERDÁIS las ganas de APRENDER.
NO PERDÁIS la ilusión que tenéis. A mí me la habéis devuelto.
RESPETAD siempre a los demás.
Que NADIE os haga sentir inferiores JAMÁS.
SED felices, si os lo proponéis lo conseguiréis.
Recordad, para llegar a la cima hay que LUCHAR y CAER.
Siempre que necesitéis mi ayuda aquí estaré de manera incondicional y desinteresada.

¡No sabéis el cariño que os he cogido en tan poco tiempo!


Por niños como vosotros, no dudéis que seguiré luchando.

Comentarios

  1. Me has hecho llorar, capullo. A lo mejor está mal que lo diga, porque yo también quiero dedicarme a esto, pero tus "niños" me han sorprendido mucho, parece de película... o a lo mejor es que, más bien, es cuestión de que solo algunos hacen eso realidad.

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    1. Hola A. No sé quién eres, pero gracias por tu comentario. Como puedes ver, a veces la realidad supera la ficción y con creces. No creo que solo algunos sean capaces de hacer tal cosa realidad, todos lo son. Solo que somos los profesores quienes tenemos que provocarlo, hacerlo salir de nuestros alumnos.
      Te dejo una cita que vi hace poco y que me ha encantado: "Educar quiere decir sacar de dentro, no meter de fuera. No somos cubos vacíos que hay que llenar. Somos fuego que hay que encender".

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  2. En poco tiempo te has ganado la confianza de aquellos a lo que mucha gente califica de salvajes y descontrolados. SI se sabe llegar a ellos, no es difícil. De hecho, yo creo que aprendo de mis alumnos. Me hacen interesarme por cosas que no me interesan solo para tener algo que hablar cone llos y como saben que no me gusta agradecen el esfuerzo.

    Yo también les hago cuestionarios a final de trimestre, y una de las preguntas es "Comments on the teacher" y me encuentro cosas como: "He cares about us" "He looks like a nice person"... uno incluso puso "Gorka. Te quiero". Jajajaja. Son la bomba.

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  3. No puedo estar más de acuerdo contigo, Gorka. Por supuesto que aprendes de tus alumnos. De eso se trata, de que ellos aprendan de ti, tú de ellos y ellos de sus compañeros. Tu anécdota me ha recordado a un niño que ayer salió al pasillo para gritar: "Emilio, I love you!"

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  4. Enhorabuena Emilio, ojalá tuviéramos más profes como tú cuando yo estudiaba en el instituto. ;)

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  5. Emilio, me ha encantado descubrirte, cuánto cambiaría la educación en las aulas si hubiera más profes como tú. Si me permites, añadiría a esa cita que mencionas más arriba, otra del gran André Gide, que tomé prestada hace unos día para mi discurso de graduación en mi colegio; "Un bon maître a ce souci constant, enseigner à se passer de lui". Un buen profesor tiene siempre una inquietud: enseñar a prescindir de él.

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